miércoles, 5 de octubre de 2011

Los colores de la desnudez, alebrijes humanos en Tzikbal.

¡Váya viernes que se vivió en las instalaciones de la cooperativa el pasado 31 de Septiembre! Para no hacerla demasiado de emoción, explico: impulsados por el colectivo Corpore Numen, 20 modelos (15 damas y un caballero de las más variadas constituciones y looks), 20 artistas (con diferentes fetiches de hermosuras variadas guardadas en sus pinceles), rotaron cuerpos y trazos en una especie de carrusel para obtener 20 diferentes alebrijes en lienzos epidérmicos sonrientes.

Entre alebrijes te verás, Tzikbal haha

Luis Felipe Hernandez, artista visual e integrante de Corpore Numen, señala que éste colectivo fundado alrededor de hace 4 meses engloba unos 260 colaboradores, y tiene por objetivo difundir la cultura del Body Paint sin valerse para ello de esterotipos de belleza clásicos, y abriendo las posibilidades de ésta aproximación artística a cualquiera que no tenga demasiado empacho en despojarse de vestidos y revestirse de pintura.


La iniciativa de traer este evento a Tzikbal (iniciativa que no dejamos de celebrar en nuestra memoria) fue de Johanna Espinosa, hermosa y experimentada modelo, al desnudo o recubierta como lienzo. Johanna, siempre sonriente, diligente y de lo más sencilla y accesible, señala que una diferencia interesante como modelo entre el desnudo y el Body Paint es el factor del público -sobre todo en eventos tan concurridos como el de éste viernes, en que la intención fue más bien performativa y las modelos fueron decoradas en vivo. Sobre esta forma particular de performance, Ulises Velasquez, también artista plástico, añade que los resultados del evento serían una sorpresa, para expectadores como participantes en la misma medida, ya que ésta forma de trabajo sería un experimento – deliciosamente logrado en nuestra humilde opinión.

Johanna Espinosa.

Sobre la experiencia en sí de fungir como lienzo humano, Johanna comenta que quizá la parte más pesada -incluso más que el frío o la pena que uno pueda sentir- es la inevitable tarea de despintarse, ya que estamos cubiertos de pequeños vellos por todo el cuerpo, los cuales generan "daños colaterales" a gran escala al secarse y retirarse la pintura que se lleva a cuestas. La obra en lienzos vivos tiene además la particularidad de ser efímera: existe apenas lo que dure el trabajo de elaborarla y quizá un par de horas más. En este sentido la labor de acompañamiento de la fotografía resulta crucial, ya que como señala el fotógrafo Ricardo Flores, el registro tanto como el enfoque que desde la cámara se imprime es de alguna manera la memoria del body paint, en dónde además queda algo del fotógrafo plasmado.


No podía faltar en ésta entrada la contraparte al relato de Johanna, es decir, la experiencia de pintar sobre un lienzo humano, para lo cual incluimos la apreciación de nuestro compañero, el artista plástico Pablo Roiz, quien nos cuenta que curiosamente al trabajar en el cuerpo como material, éste pareciera desaparecer como tal, en lo que respecta a su erotización, cediendo paso a la labor de improvisación, en donde los contactos producto de la relación maerial con el soporte no faltan, pero tampoco hacen diferencia.


De ésta suerte, con una dinámica más bien movida en que se daban 5 minutos aproximadamente por parte del cuerpo, por modelo, y por pintor, el evento transcurrio acompañado además de multitud de flashazos, y la conducción urbana de Pedro Carpintero, quien fungió como maestro de ceremonias animando el transcurrirse de cuerpos que poco a poco se iban vistiendo de alebrijes. Sobre ésta figura en particular -los alebrijes- el fotógrafo colombiano Henry Romero añade que ha ya trabajado con ellos en su estancia en México, y que el encanto que emana de estos seres endémicos de nuestro país es quizá lo aglutinante de su anatomía, collage de diversos animales, de realidades e imaginarios, de hombre y bestia y en este caso, de piel y pintura.


Maestro de ceremonias en acción.

Otro acompañante crucial de ésta carrusel creativo fue sin duda la banda sonora a cargo de nuestro compañero Tonatiuh Gallardo, quien desde su cabina hizo emanar voces predominantemente femeninas entre las que podemos contar a Yelle o Nina Simone, cosa que nos aclara, no es casual, ya que actualmente se encuentra trabajando las voces femeninas en su curaduría musical. La cereza del pastel, una vez que todas las partes del cuerpo de todas las modelos fueron intervenidas, fue una animada pasarela en que cada participante tuvo sobre sí los reflectores, aprovechándolos para hacer gala de sus aptitudes de modelo, y del trabajo multiforme y sin embargo armónicamente embonado de los diversos artístas que desde sus respectivas locaciones contemplaban satisfechos el producto de su esfuerzo. Finalmente, en un ejercicio de apertura y contacto humano, las modelos -accesibles y pacientes a más no poder- se dejaron fotografiar con los muchos concurrentes al evento, quienes naturalmente (me cuento entre ellos) estuvieron entusiasados con la idea de tener registro en compañía de tan bellos lienzos.

Pasarela.

Los esperamos como siempre con los brazos abiertos para ser parte de éste foro, presentando algún proyecto o acompañándonos los viernes y sábados a seguir abriendo éste espacio al arte, la cultura y la diversión.

2 comentarios:

  1. QUISIERA PARTICIPAR CON USTEDES QUE ES LO QUES SE NECESITA???????

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  2. Hasta hoy leo la crónica del evento Alebrijes humanos en Tzikbal: Un éxito que debemos repetir. En breve me acerco para proponerles una presentación de el núm 3 de una colección de erotismo que coordino: Alter Líbido.

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